28.7.14

¼ del primer año de mi vida.

Haces magia y pareces no darte cuenta. Besar. Sentir. Renacer. Brillar. Equivalen a trucos de magia. A conejos que saltan de chisteras. Y como palomas sacadas de una manga aterrizas en las blancas sábanas y me abrazas por la espalda. Como si recorrer la habitación y llegar a donde estamos los dos fuese como recorrer el mundo entero. 

Besarte es curarme. Logras sacar de mis 5 vértebras cervicales todos los monstruos y los temores. Las inseguridades que me atormentan y me persiguen hasta las cenizas cada noche haciendo imposible cada día. Desdoblas las ganas que me faltaban, ahogando las desilusiones y las pesadillas. 

Las venas, las ganas. Las arterias, los miedos. Todo empieza y muere en nuestros corazones. El vaivén, la poca luz. El aire, la electricidad. Nuestras manos aferrándose con un cinturón de seguridad que no cesa ni en las peores turbulencias. Rozando el cielo en el primer beso. Bajando al infierno cuando me muerdes el cuello. Vendiéndole por qué no's al diablo a cambio de placer extremo entre tus dedos. Porque nunca habrá viento demasiado fuerte. Nunca habrá huracanes demasiado rápidos.

Yo necesitaba a alguien que no me rompiese. Tú eras poeta y me clavabas cada sílaba en cada costilla, hasta que se escuchaba crujir. Y encontré a alguien que rompía muros por mi. Por qué evitar sentimientos que te hacen desplegar alas por miedo de estrellarte contra el suelo. Por qué evitar al corazón, si de todas formas iba a seguir palpitando dentro de mí y rasgándome los vestidos. Esos que hace tres meses me quitaba sola y que hoy me quitan tus manos, grandes. Esas manos que abarcan el hueso de mi cadera que tantas noches besaste. Y latimos. Juntos. Y para qué más. 

Esta magia no es un truco al alcance de cualquiera. Pero claro, tú tampoco eres cualquiera.

(en tres meses ir curando cada cicatriz de nuestro pasado abriendo gritas de placer en el presente. 
rimar más meses entre tu clavícula y nuestros sueños.
un roce más en un punto exacto, y me desmoronas todas mis inseguridades.
derecha, izquierda, arriba o abajo, eso no importa mientras no te muevas de mi lado.
te amo)

26.7.14

Mi octava maravilla.

De pequeña me enseñaron que si no sabía algo, tenías que buscarlo en el diccionario. Y eso he hecho. 
amor
(Del lat. amor, -ōris).
1. m. sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.
2. m. Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear.
3. m. Sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo.
4. m. Tendencia a la unión sexual.

He encontrado que eres amor. Y ya sé por qué te quiero tanto. Porque eres casa. Eres ese viaje de ida. Eterno. El que no acaba nunca. Eres café por las mañanas. Tú contra Morfeo. Ganas tú. Despertándome. Besándome. Abrazándome.

Eres deseo, sexo, pasión, fuego, vicio. La ropa tirada de mala manera en el suelo. Los prejuicios contigo se quedan a los pies de la cama. Y a patadas los echamos. Temblando. Eres orgasmo. Éxtasis.

Eres creación, inspiración. Como cuando por inercia las olas del mar chocan contra las rocas. Tú por inercia me chocas una letra contra otra produciendo efectos secundarios como este. 

Eres impulso. Cerrar los ojos y que lo único que me detengan sean los semáforos en rojos y las señales de stop. Eres refrán. Aún rompiendo algunos falsos mitos como que todos los caminos llevan a Roma. A mí, todos los caminos me llevan a ti. Esperándome. O esperándote. Pero siempre tú. Perderme, con nuevas salidas y las mismas llegadas. Pero siempre tú.

Eres felicidad, brillo, unidad, belleza y risa. Eres sentimiento, incondicionalidad. Eres el que hace improbable lo imposible. Porque en la improbabilidad, siempre hay una posibilidad. 

Eres uno entre siete billones. Eres mi siete billones personal. Eres mundo, planeta, naturaleza. Eres las 3 patas de mi banco y la única pata de mi mesa. Eres reloj de arena y un botón en pausa. 

Y qué le hago yo si es que mi autosuficiencia no puede sobrevivir sin ti. Si eres mi necesidad más necesitada, mi mayor virtud y mi comida preferida. Eres el azul cielo más claro y sin nubes de todo el año. Y perdurarás. 

Porque eres el anciano arrugado que quiero en la butaca de al lado. Quiero que seas el abuelo de mis nietos.

25.7.14

Nineteen times.

Brillante. Única. Incondicional. Descomunal. Belleza. Alegría. Más alegría. Y felicidad. Fiesta. Increíble. Sencilla. Inteligente. La que más. Un abrazo a las 9 menos 20 cada mañana todos los días durante un curso entero. Y los cuatro que nos quedan, espero.

Que no nos conocemos de toda la vida pero que ya eres más que muchos que llegaron hacen años. Y que te quiero. Imagina cuánto si para mí este día ya está marcado con fluorescente en el calendario, si ya te echo de menos y solo hace una semana que no te veo. Que echo de menos tus comentarios absurdos de aburrida en clase, echo de menos comer juntas y discutir cualquier tema en cuestión, hasta echo de menos esos miles de planes que una vez ideamos y que nunca hicimos.

Quiero que vuelvas ya estés donde estés y darte uno de esos increíbles abrazos que tú solo sabes darme. Completándome. Conectándome. Has hecho mucho, muchísimo por mí, ¿en cuánto? ¿en menos de 9 meses? Un embarazo completo y ya estás casi formando parte de mi familia.

Mi chica cumple ya 19 años y es el primero que pasamos juntas. Bueno, yo en Sevilla y tú en San Diego. Pero juntas. No sabes la de cosas increíblemente buenas que te mereces. Porque eres domadora de sonrisas en cualquier cara, y la mía la tienes tan bien adiestrada que no hay vez que no te vea que no me duelan las costillas y el estómago de reír. Vuelve ya anda. Y sé feliz. Siempre. Porque personas como tú escasean en mi vida y en el mundo. Así que, quédate.

Feliz cumpleaños cariño, sigue tan bonita y tan radiante como siempre.


24.7.14

Puntos cardinales.

Rota. Desganada. Desdeñada. Tibia. Fría. Apática. Indolente. Seca. Inhóspita. Mustia. Sollozante. Extinguida.

Llena de ruido. Ruido que la desenamoraba de la vida. Doblando su cuerpo en dos. Rodeándose con sus brazos. Creyendo que podría partirse por la mitad si lo deseaba un poco más alto. Un poco más fuerte. Como el pinchazo en su pecho. Del ayer. Ayer que cogía polvo, que unía letras y palabras que cada vez tenían menos coherencia.

Enjaulada. Dibujando cinco señales por cinco días. Viendo como las manecillas del reloj seguían moviéndose pero cómo el tiempo se había paralizado. Reloj de arena congelado. Y ella colgando en medio metida en la cama sin ver el sol. Desajustando reglas, perdiendo esperanzas y ganando pesadillas y temores. Esperando que el ruido la hiciese levantarse, espera. La hiciera resurgirse, cree. La hiciese despejarse de aquellas cenizas que ya no eran de ave fénix. Ni de ningún ave. Porque ella ya no sabía volar. Solo sabía echarle cara a los torrentes en contracorriente. Coger su par de remos y tirar hacia delante, aun sin avanzar.

Solo quería releerle la mirada. Una lectura rápida aunque fuese. Pero encontrar música fuera de esa jaula. Un sonido que se colase entre sus poros y poquito a poco le fuese pegando el corazón. Pedazo a pedazo. Ventrículo a aorta. Y dejarse acariciar por la libertad, con la que había soñado tantas veces. Demasiadas. Sabiendo así que podría confiar en ella. En él. Que volvía. Para hacerla feliz, libre. Para hacerla brillar, respirar, volar.

Acariciándole puntos de su vida que ni ella misma conocía.

20.7.14

Vicios que pierden prejuicios.

Y mis manos venga a recordarte cada noche. Derrapo por tu cuello, por tu hombro. Clavícula, esternón. Y tus manos venga a recorrerme cada noche. Y mis ojos venga a correr por la estación buscándote entre caras largas de gente triste. Te veo. Me ves. Te miro. Te sonrío. Me sonríes. Me abrazas. Me metes la lengua hasta el último rincón de mi cuerpo. Me muerdes. Me salvas, me cuidas y atrapas a los monstruos y los humillas. "Ya estoy aquí cariño" Pero yo no me lo creo. Que por fin estés aquí. Que te esté oliendo. Que estés conmigo. Solo conmigo.

Quedémonos con el sentido del tacto, explosivo. Con tocarnos las costillas como si fueran las cuerdas de nuestra guitarra favorita. En nuestros acordes favoritos. Prepárame una ensalada cualquiera porque sabes que de postre te esperan los 2 metros cuadrados de mi piel con tus respectivos 284 lunares, y mi sonrisa después del orgasmo, mejor que cualquier helado de Stracciatella.

Romper todos los vasos del armario para no verlos ni medio llenos ni medio vacíos, mientras gritamos que no podemos parar de querernos. Chillándonos con los ojos que el "no puedo" se ha convertido en un "vamos a hacerlo" El momento es aquí y ahora, aquí y adentro. Siente el tic-tac de la aguja del segundero y haz que los segundos parezcan minutos, que los minutos parezcan horas y cada hora sea tan larga como un maldito año. Quiero sentirte dentro y fuera de mi piel, con los cinco sentidos. O invéntate un sexto si es preciso, pero que no se acabe nunca. Los vecinos nos oyen, pero qué más da. Tú eres cada vez más yo. Y yo soy tú. Nos lamemos, nos curamos las heridas. Nos conjugamos en presente y en plural.

Llámalo egoísmo. Amor. O yo que sé qué mierdas. Pero las ganas de ti me corroen. Me sacias.

Y ahora vete, márchate. Llévate la cuenta atrás en tu espalda. Llévate las ganas de vernos. Llévate, conmigo. Vámonos. Perdámonos en cualquier estación. En verano. En invierno. Perdámonos. Calla al mundo con este adiós que nunca nos diremos. Y si decimos adiós que sea al pasado. A ese que duele. A las puñaladas. A los espejos rotos que han perdido la cuenta de los años de mala suerte. A ese tren que nos separa durante días. Si decimos adiós que no sea a nosotros, pero sí que seamos nosotros. 

Porque nosotros sí se puede conjugar en presente y en plural, cuando toco tu corazón con la punta de la yema del mío.